Capítulo 62

¡Psst! ¡Hey! ¡Arriba! ¡Despertate!

 

Emilia despertó tras en un largo sueño. En realidad, sólo durmió unas seis horas, pero a comparación de las tres o cuatro horas corridas que solía conseguir descanzar en ese lugar, había pasado una eternidad. Se despertó mareada, en parte por el horror que le había tocado vivir, y en parte por la cantidad de tiempo anormal que había estado en estado de somnoliencia.

 

¡Dale, princesa, despertate!

 

Emi: Qué…. ¿Qué pasa? ¿Qué pasó? –Inmediatamente recuerda, y siente una puntada en el útero -¡¡¡Agh…dios!!

Gastón: Hermosa, arriba, yo te ayudo. – Pasa sus manos por la cintura de Emi, abrazándola y la ayuda a sentarse, manchándose por completo de la poca sangre que no había coagulado en el piso- Sé que duele, pero vas a estar bien –Le susurra en el oído, momento en el que ella se da cuenta quién era, gira su cabeza y lo mira-.

Emi: ¿Qué hacés acá? ¿Cómo entraste?

Gastón: Recordé que el chef del bar tenía una copia de esta llave porque antes este lugar era un depósito de granos. Antes, a las chicas que tenían acá las alimentaban a base de lentejas. Ahora, ni eso.

Emi: Ah, -se gira, dolorida- y se la sacaste. –Se pone seria, desafiante- ¿Para qué viniste? ¿Para echarme en cara que nadie se puede escapar de acá? ¡¿Eh?! ¡Basura!

Gastón: No Emilia, pará, nada que ver.

Emi: ¡No me digas Emilia! ¡No tenés dignidad como para llamarme por mi nombre! –Se pone pálida, y luego vuelve a mirarlo- Fuiste vos… ¡¡¡Vos!!! ¡Vos me delataste!

Gastón: Pará, pará, Emi, en serio, nada que ver. –La toma de los brazos, intentando calmarla- Yo no fui, fue la policía, ellos están arreglados.

Emi: -Suspira- Sí, ya sé. –Baja la cabeza- Entonces… ¿Qué hacés acá? ¿Viniste a decirme que tenías razón? ¿A decirme “Te –Lo- Dije”? No hace falta ¿Eh? Ya bastante tuve con la pérdida de mi hijo como para que encima me vengas con infantiladas.

Gastón: Perdón, ¿No tenías una hija?

Emi: -Nuevamente con la cabeza gacha- También. –Suspira-.

Gastón: Pero… ¿Cómo? ¿Qué pasó?

Emi: Estaba embarazada, Gastón.

Gastón: No sabía.

Emi: Yo tampoco.

Gastón: -La mira algo confundido, y prosigue- Em, mirá no sé qué pensarás, pero no estoy acá para refregarte nada, al contrario. Vine a ayudarte. Vi lo que hiciste y cómo lo hiciste. Me demostraste que sos una mujer con agallas, y lo que te hicieron a vos es inaceptable. Estuve pensando mucho tiempo en vos, y cuando te trajeron me quedé  helado, ni había notado tu ausencia. Nadie la había notado, fuiste una lechuza. Me llevó poco tiempo terminar de entender cada uno de tus pasos, y tu falla. Está bien, en la desesperación uno suele acudir a la policía. De todos modos ahora estoy acá para ayudarte a escapar. Para que huyamos juntos.

Emi: ¿Qué? No, bancame un minutito. Yo no sé qué te estará pasando por la cabeza, pero no quiero irme. No ahora. Ya está. Es decir… mientras me golpeaban, me decían que no me olvide que no soy yo sola, que también estaba la nena. Que a él –Señalando su panza- Me lo… -lagrimea, angustiada- me lo mataban como enseñanza, pero que a la próxima, seguía la nena. De acá es imposible huir. Muy peligroso. Además…-se detiene- Además no sé si realmente alguien está buscándome.

Gastón: Emi, no… -la toma del mentón- Es seguro que alguien te busca en alguna parte. Vos me lo dijiste mil veces, a vos… a mí…

Emi: Le saca la mano- ¡No! Evidentemente estaba equivocada. En la estación nadie ubicaba la novela en la que trabajé, ni me oyó nombrar…

Gastón: -La interrumpe- ¡Emi! Emi, ¿Te puedo decir así? Mirá, que tres personas no hayan visto la novela no implica que nadie lo haya hecho. Además, justamente por tu hija tenés que escaparte. ¿O no pensás que  ahora también debe estar pasándola mal? ¡Vamos! Hacelo por ella.

Emi: Se vuelve a recostar en el piso. No Gas, perdón. Yo no lo sabía, pero era mi hijo quién me daba fuerzas para seguir, para buscar a su hermana…

Gastón: Entonces hacelo por él. ¿No pensás que querría ver a su mamá con su papá y su hermana?

Emi: -Aún tirada- Sólo sé que no sé nada. Y además, no tengo un plan. Para colmo, ni siquiera mi hija va a tener una madre sana.

Gastón: ¿Pero cuántos años tenés? ¡Te queda una vida por delante! ¡Todos nos recuperamos!

Emi: Gas… a ver, mi útero está destrozado, vaya a saber si puedo darle un hermano alguna vez. Encima…

Gastón: ¿Encima?

Emi: Nada.

Gastón: Dale, decime.

Emi: Te dije que nada.

Gastón: Es mejor que me lo digas ahora.

Emi: …

Gastón: -Le susurra al oído- Confiá en mí.

Emi: Creo que estoy enferma.

Gastón: ¿De qué?

Emi: Es que –Recuerda unos instantes- Antes de que Oscar diera la orden de que me golpearan… me llevaron al cuarto a que me saquen los vidrios de la ventana. Para eso me inyectaron con un sedante que no me durmió porque era una dosis baja, para que sufra. Sin embargo, yo vi cuando desempuñaron la jeringa, y estaba usada, osea, era una de vidrio, como las de antes. Es decir, no sé si será lo que creo pero… hay… bueno una de mis compañeras tiene una enfermedad, que no sé bien cuál es, pero veo que la inyectan a menudo. Le dicen Chachu, y la jeringa la sacó de una canasta que decía Chachu.

Gastón: ¿Vos pensás que si lo que tiene esa mujer es transmisible, vos te podrías haber contagiado?

Emi: Sí.

Gastón: -Se toma la cara e inhala profundamente. La mira- No sé qué decirte. ¿Vos te sentís mal? Es decir, sé que sí, pero por los golpes, por todo lo que te hicieron, no por la inyección. De todos modos esto refuerza mi teoría. Si nos escapamos a tiempo, podemos pasar por un hospital a darte la medicación profiláctica y  hacerte un chequeo completo. No podés seguir así, ¡Mirate cómo estás!

Emi: No sé, no quiero. Es que… siento que si me muevo me muero, y no sé si quiero morir. No así.

Gastón: Si te quedás acá tarde o temprano vas a morir igual. Mirala a mi madre… vos misma fuiste la que me contó su hipotética historia, la que me motivó a recuperar la mía… y ahora dejás que otros pierdan la suya.

Emi: Yo no dejo nada. Estoy cansada. Ya te dije quién es mi pareja, buscalo, él va a saber decirte de tu familia y vienen juntos a rescatarme.

Gastón: No puedo, ¡no tengo cómo! Cuando volvamos esto va a haber desaparecido, Osky es como Harry Houdini, echa bomba de humo y ¡Zas! Mudó todo a otro lado. Lo sabés.

Emi: Sí, lo sé y además Guapi siempre me lo dijo. – Suspira- Está bien. Es que no tengo un plan, no tengo nada.

Gastón: Yo sí. Es jugado pero creo que puede funcionar.

 

Emi: Te escucho…

Ese día, Bárbara se levantó tarde. Hacía calor, el sudor de su frente barría con la poca base nutritiva que le había quedado del día anterior. Su familia le daba vueltas en la cabeza. Si bien se había ido convencida de que se había quedado sola en el mundo, en el fondo sabía que no era así. Tenía claro que sus hermanas, sus otros sobris y sus padres estaban con ella. A su modo, pero estaban. Le preocupaba Geraldine ¿Dónde estaría?

Una codorniz se puso a cantar frente a su ventana. Quizás fue eso lo que le hizo notar que algo en su día se saldría de la rutina. Los codornices a menudo caminan, pero no están bien dotados para el vuelo. ¿Cómo había llegado este pájaro hasta allí?

Iba a servirse un té, pero al ver la hora optó por un vaso de yogurt. En momentos como éste, hasta la comida era un lujo. Había pasado mucho tiempo, y ella estuvo cambiando de trabajo una y otra y otra vez con la esperanza de encontrar s su sobrina. Todas sin éxito. Todas huyendo. Todas sin sueldo.

Había llevado dinero, sí, y era el que en efecto estaba gastando, pero en poco tiempo la plata se le acabaría e iba a tener que volver en bicicleta a Buenos Aires y, en el peor de los casos, con las manos vacías. De todas formas nadie podría ayudarla acá, era muy riesgoso. Sin embargo, quizás desde afuera una ayudita económica y moral no vendría nada mal. Decidió por fin llamar a su melliza.

 

Bar: ¿Hola? ¿Tomás? ¿Toti?

Xxx:…

Bar: ¿Hay alguién?

Xxx: ¿Quien está allí?

Bar: Soy Bárbara, la hermana de Agustina, ¿ella se encuentra?

Xxx: Un minutillo por favor.

Bar: -Espera un rato que se le hace eterno-

Agus: Al..¿Hola?

Bar: ¡Tota! ¡Qué bueno qué alegría me da escucharte!

Agus: Ay, lo mismo digo, sólo que no con tanto júbilo. –Suspira-

Bar: ¿Qué pasa Agus?

Agus: Pasa que desde que te fuiste de la casa de mamá tengo el corazón en la boca. Encima no sé, no paran de amenazarme con vos.

Bar: -Sorprendida- ¿Conmigo? ¡¡¡Quién!!!

Agus: No sé, estaba por tener a mis mellis y me llamaron, dos días después de que nacieran volvieron a llamar. Y ayer… de nuevo. Pero peor. Me dijeron “Si tu hermana no se deja de joder olvidate que tenés hijos”

Bar: -Entre conmocionada y aturdida- Em, pará entonces… ¿tengo dos sobrinos?

Agus: Sí, una y uno. –Sonríe levemente a la distancia- Chantal y Zacarías.

Bar: Ay, me muero, ¡ya los quiero tener en brazos! Deben ser dos príncipitos.

Agus: Son dos diablitos. Va, Chantal en realidad. No sabés, tiene unos pulmones la porfiada… a veces pienso que es una lobita disfrazada de oveja. ´Por lógica, cuando ella lo despierta, él también llora.

Bar: Cualquier similitud con nuestra infancia no es pura coincidencia.

Agus: Jaja no.

Bar:  Chanti se debe parecer a la madre.

Agus: ¡Yo era una santa!

Bar: Mamá dice que te movías tanto en el catre que de una patada hacia abajo lo rompiste y hasta que compraron otro te tuvieron que tener durmiendo nuevamente en su cama con papá.

Agus: Era decidida, después de todo era lo que quería.

Bar: Siempre por obedecer me tocaron las peores cosas.

Agus: Maduraste antes.

Bar: No creo.

Agus: Yo sí. Capaz medio resentidona –se ríe- chiste, chiste.

Bar: Sí, ponele que es un chiste.  Pero regresando a lo importante, ¿Te amenazaron por mí? ¿Dijeron mi nombre?

Agus: No me dijeron quién, pero tomando en cuenta que Emilia está en Rusia…

Bar: No está en Rusia. Está secuestrada, y la nena también.

Agus: ¡¡¿Qué?!! –Le baja la presión, y se desvanece. El teléfono cae al suelo y se corta la llamada-.

Bar: ¿Toti?¿Agus? ¡¡¿Agustina?!! Uy, no, lo que faltaba.

 

            Guadalupe no había podido dormir en lo poco que le había quedado de aquella sorna estival. Amir en cambio, descansó en su colchón sin ninguna sospecha de peligro. Sin embargo, algo los unía, ambos estuvieron toda la noche tomados de una de las manos del osito. Al sonar el chirrido que anunciaba el comienzo del trabajo, Guada despertó al niño y lo obligó, atando sus manitos a una de las patas traseras de la cama, a no moverse de abajo del colchón.

 

 

Guada: -Mientras lo ataba- Sé que es inhumano tenerte así, pero si vos te vás, o te ven, nos metemos todos en problemas. Te prometo que va a ser por poco tiempo y por lo que más quieras te pido –Le tapa suavemente la boca con una mano- No digas nada, no grites ni emitas sonidos. Vuelvo pronto.

________________________________________________________________________________

 

¡Hola muchachas! Acá dejo un nuevo cap. Voy a citar una inquietud: 

 

Dani:

...o que me sorprende, o tal vez si lo explicaste pero no he releído aun, es que los secuestradores que la tienen sabían que estaba embarazada... y ella no... cómo se dieron cuenta? ...


Respuesta:

Ay Dani, me hiciste buscar.... jajaja en el capítulo 50 se cuenta que Emilia tomaba todos los días meloxicam y una dieta a base de perejil y bla. El meloxicam es porque cuando vos hace poco tuviste relaciones, si tomás meloxicam 5 días puede impedir la implantación (para mas info busquen en internet jaja) pero además si lo tomás en dósis muy altas puede dar una descompenzación cardíaca que puede acabar con la muerte, y en un aborto. 
Por qué ellos sabia que ella estaba embarazada? Bueno, lo di por tácito que ellos la estudiaron. médicos, abogados, canas, en esos lugares tienen de todo. Igual es cierto que dar eso por supuesto pudo haber sido una mala mía.

Ahora sí, los dejoooo

 

Mi jimdo personal: Detrás de la Frontera
 

Siganme en tw: @Novela_Naimilia

 

Mi ask: DetrásDeLaFrontera <---¡click!

 

[Volver al Índice de Capítulos]

 

¡Gracias por el aguante!

 

 

Para compartir el capítulo en las redes sociales

Escribir comentario

Comentarios: 5
  • #1

    Dani (lunes, 24 febrero 2014 16:12)

    Aaaaay me sentí importante assdfghjklasdfghjl
    Gracias por la aclaración, y me alegra que Gastón esté ahí con Emilia para ayudarla a no perder la esperanza.
    Muchas gracias por subir :D Me vuelve loca esta novela xD

  • #2

    floo (lunes, 24 febrero 2014 16:41)

    pobre emi, que ternura gaston, estoy muriendo, necesito algun rencuentro, sea guada y barbi o barbi y emi o barbi y naim para que los busquen juntooos

  • #3

    Milagros (miércoles, 26 febrero 2014 09:50)

    Me encanta mucho tu novela, la encontré ayer y ya leí todos los capítulos. Subí otro please, no nos dejes así vsfbisbnisunvsiu. Estoy muriendo.
    Sos muy buena escribiendooo.

  • #4

    Raqui (jueves, 27 febrero 2014 21:17)

    NECESITO el capitulo 63. Ya tiene la firma que me pediste ahora quiero el capitulo. ;) Trato echo?

  • #5

    Carluss (lunes, 10 marzo 2014 23:37)

    Que terca Emilia, Gaston la ayuda a escapar y la muy paja que no se decide! Yo le pego, que se yo. NO A LA AGRESIÓN. Opino como Flor, quiero reencuentro, YA! Y que Nico la rescate en su caballo blanco (pobre, no entendía nada) yo siempre leyendo los cap re mal